jueves, 13 de septiembre de 2012

Alexis Díaz-Pimienta: la música campesina cubana y sus retos



“El repentismo no es sinónimo de anquilosamiento, ni arte preterido o arqueológico, sino que tiene mucha fuerza. Quizás los jóvenes se sienten ajenos a esta manifestación por desconocimiento o porque nosotros, los cultores del género, no hemos sido capaces de hacérselo viable, cómodo y fácil.”
Estoy entre un auditorio de amantes de la música campesina, y al frente se encuentra un estupendo poeta, Alexis Díaz-Pimienta. Improvisa así, de la nada, con rima, compás y ese no se sabe qué que tienen los repentistas para arrancar a su público un aplauso auténticamente guajiro.
Muchos de los allí presentes me miran de soslayo, definen en mí a una de las cientos de reporteras que un día llegan, hacen su trabajo y marchan. Las apariencias una vez más engañan. Desconocen cuánto de familiar me resulta lo que allá arriba está sucediendo, pero ¿yo?, asumo el papel que me ha sido conferido: el de mujer de ciudad ajena al mundo de las tradiciones campesinas cubanas. Algunos explican, acotan detalles, asiento, y la noche transcurre.
Antes, en un lugar distante del ruido ensordecedor de las pruebas de audio, Alexis Díaz-Pimienta, vestido de negro y al tanto de los preparativos del espectáculo musical, me expuso su concepción del repentismo cubano actual, el cual, según el artista, constituye punto de referencia en América Latina.
“El repentismo no es sinónimo de anquilosamiento, ni arte preterido o arqueológico, sino que tiene mucha fuerza. Quizás los jóvenes se sienten ajenos a esta manifestación por desconocimiento o porque nosotros, los cultores del género, no hemos sido capaces de hacérselo viable, cómodo y fácil.”
Me sorprende y asusta ese lado folclórico que siempre me acompaña. Y cuando escucho el término “fusión” acerco aún más la grabadora, aunque por momentos mi mente se encuentra lejos. Se encuentra en el recuerdo: qué dirían los abuelos, aquellos que sin tregua todos los domingos esperaban el doble siete de Guardado. No puedo dejar de imaginar la expresión de sus rostros al escuchar estas palabras:
“Es un momento de mestizaje de ritmos, de tendencias, del arte. Si se fusionan otras sonoridades, por qué el repentismo tiene que quedar fuera. La música guajira, como cualquier otro género, necesita adaptarse a los nuevos tiempos y utilizar todas las herramientas para comunicarse con su público. La fusión es una de ellas: fusionarse con todo aquello que la enriquezca, favorezca y le permita una apoyatura, incluso un reelanzamiento hacia su mismo público.”
Entonces no lo puedo evitar, y le pregunto: ¿qué pasaría con el público tradicional, aceptaría esta nueva visión de la música campesina, guajira…?
Y me responde seguro: “No le temo a la reacción del público tradicional. Históricamente las vanguardias siempre tienen detractores y obstáculos, pero al final se imponen. Los receptores del repentismo de hoy difieren de aquel de hace treinta años atrás, y el del 2020 será distinto también al actual. El arte del repentismo es muy antiguo y no va a desaparecer con las nuevas tecnologías o con las nuevas expresiones musicales, sino que se adaptará.”
¿Qué lugar ocupa en el mundo el repentismo cubano?
“Nunca antes el repentismo cubano ha tenido un momento tan saludable. Actualmente los especialistas y practicantes en el mundo describen a Cuba como la meca de la improvisación. Casi todos los repentistas quieren venir a la Isla a interactuar con los cubanos, han asumido incluso los métodos de enseñanza que se utilizan aquí en las escuelas de repentismo.
“Y ello da fe de dos aspectos importantes: primero, la fuerza que tiene la tradición en Cuba, y segundo, la evolución que ha experimentado el género a espaldas de los medios de comunicación, de instituciones y sellos discográficos. Los repentistas cubanos no tienen  discos, aunque haya una edición del Cubadisco dedicada a las manifestaciones y tradiciones campesinas. Al parecer estos escollos han servido como plataforma para que el repentismo se levante. Y actualmente en América Latina, cuando se habla de repentismo con calidad, se piensa en los cubanos.”
A punto está Alexis de salir rumbo al espectáculo musical Se formó la Guajirá, en esta ocasión en el municipio de Limonar, en Matanzas, lugar en el cual, según el artista, recibió su bautizo de guajiro auténtico. Antes revela su mayor deseo:
 “Los géneros campesinos, y dentro de ellos el repentismo, tienen mucho por hacer y aportar a la música cubana. ¿Mi sueño mayor? Que las instituciones responsables de que eso se haga realidad lo permitan, y sobre todo, que no vean en la música guajira un arte menor por su componente rural. Todos los cubanos tenemos que admirar y enarbolar esta parte de la diversidad cultural cubana. No niego ningún género musical, pero si no niego otros que me son ajenos, tampoco voy a negar el mío, el propio”.

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