miércoles, 29 de mayo de 2013

Periodismo digital desde provincia, otro de nuestros retos


Por: Jenny Hernández
El periodismo digital abre las posibilidades de realización al profesional cubano, y más si es de provincia, esa escala humana o periodística que a veces se imagina en otra galaxia de la Cuba de hoy. Pero, ¿existe una estrategia de comunicación real y certera para los sitios provinciales?




 
Cuando llegué al periodismo imaginé encontrar una fuente inagotable de realización en el medio digital del telecentro donde me iniciaba como reportera. En aquel entonces tenía cientos de historias y palabras acumuladas, difíciles de situar tan solo en un minuto y medio a lo sume tres, tal como exigen los manuales televisivos y el lapso exiguo de nuestro noticiero provincial.
Pero mis ansias quedaron paralizadas, cuando una de las componedoras web, por definirla así, sugirió cambiar el título de uno de mis trabajos porque de la otra forma “se veía más bonito”.
Con calma, mucha calma intenté explicar que en aquel caso lo importante eran las palabras, el sentido periodístico… Al pasar los años, y después de coger unos cuantos costalazos por eso de hacer valer mis ideas en medio de un soporte aún por explorar y con infinitas posibilidades, descubrí que ni yo estaba tan en lo cierto, ni aquella persona procedente del universo de la informática, estaba tan errada como suponía entonces.
Más bien, al pasar los años he descubierto que los medios, nuestros medios, en su mayoría carecen de estrategias de trabajos definidas o por lo menos consensuadas entre informáticos, creadores web y los tan necesarios PERIODISTAS, brecha que cada vez limita las realizaciones en esa recóndita galaxia que algunos llaman “periodismo de provincia”.
Por ello escribo ahora, escribo después de escuchar la tan acertada intervención del experimentado reportero Roberto Pérez Betancourt en la Asamblea de la Unión de Periodistas de Cuba en Matanzas, con vista a su noveno Congreso, para lo cual se revisa y expone tras un ejercicio periodísticos de estos tiempos, capaz de dejar atrás los males que aquejan el entorno creativo y profesional.
Dijo Pérez Betancourt que hemos olvidado prácticas como lo fue el hecho de marcar la entrega en las primeras horas de las jornadas, porque “en ocasiones nuestros medios se actualizan a deshora, sin puntualizarse los husos de horarios de los principales segmentos de internautas que nos visitan”.
Se refiere al “periodismo matutino” con vista a la tan necesaria instantaneidad de la noticia, y no por ello, aclara, debe actualizarse una vez al día, debe hacerse según lo requiera el contexto informativo.
Porque para nadie es un secreto que las ¿redacciones digitales? – si es que existen en los medios de esta otra galaxia, donde se replica en parte los textos del formato tradicional-- se conforman con profesionales de formaciones diversas que, salvando empeños que de manera coherente han marcado un estilo y modo de hacer, copian y pegan de las principales rutas noticiosas, sin aprovechar al máximo las posibilidades comunicativas del soporte y sin inquietar la premura con que debe publicarse los eventos autóctonos del territorio.
Hoy se habla de las tan famosas redacciones integradas, y en parte también nos hemos sumado a la frase, solo que nos ha faltado conocimientos, voluntad, seguimiento y creatividad para minimizar limitaciones y consolidar intereses colectivos.
La realidad continúa aquí, la obsolescencia y dificultades técnicas son extremadamente palpables; la no retribución del personal periodístico en funciones del texto hipermedia desestimula la producción; la migración del personal especializado a oficios más atractivos empobrece los empeños; los montos presupuestados ponen cueto a los sueños; y quizás por ello, hablamos ya con cierta rutina de problemáticas inaceptables como lo es las plantillas incompletas o desajustadas vinculadas a la web.
Es evidente urge una estrategia comunicativa para nuestros medios digitales, o tan solo, como alguien cercano sugirió a los reporteros: “poner atención a la página, asumirla también como parte de nuestro entorno profesional”.
Soy de los que creen en los profesionales, no importa de dónde vengan sino qué pueden y quieran aportar en pos de un producto comunicativo depurado. Solo que para lograrlo deben convivir intereses colegiados y confrontados con los hacedores de la noticia.
Claro, también resta la baja conectividad de los profesionales. Otro de los aspectos que entorpece en el dinamismo de los flujos informativos, aunque los logros en el ciberespacio de esta ogra galaxia en la Cuba de hoy, los de provincia, serían más evidentes si le ponemos ganas de una buena vez al periodismo digital, no como faena de algunos soñadores y entusiastas sino de todos.

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