lunes, 3 de marzo de 2014

Un mundo en equidad es posible


Muchas veces hemos escuchado la expresión de que ser mujer resulta fácil, sin embargo, la realidad es otra, sobre todo si tenemos en cuenta que vivimos en una sociedad patriarcal que establece a su antojo la representación de lo femenino y lo masculino.
Por ello decidí salir en busca de historias, vivencias de mujeres matanceras, por demás, que enfrentan a diario los prejuicios machistas y estereotipos ya sea por su oficio, profesión o filosofía de la vida.

En ese andar encontré a una mujer que considero excepcional, por la manera en que siempre ha defendido su espacio y ha luchado por alcanzar sus sueños, a pesar del qué dirán.

Así llegué en una tarde cualquiera a las puertas de la casa de Miriam Muñoz Benítez, actriz dramática y actual directora artística del grupo de teatro Icarón.

“Yo me quedé sola con mis cinco hijos y eso no me detuvo. Empecé a luchar con ellos, los crie y les di una carrera, sin abandonar mi profesión. Pasaron mucho trabajo porque prácticamente se criaron en los pisos de los teatros, pero tuvo que ser así. Generalmente las actrices no tienen tantos hijos porque es una vida de locos, pero yo lo quise de esa manera y defendí ese sueño. Creo que haberlo logrado se debe en parte al hecho de que la mujer es mágica. “Qué decir, las mujeres hemos avanzado gracias a la Revolución y a nuestro empeño por superarnos. A diario tenemos que enfrentar muchas situaciones y eso, sencillamente, nos hace más fuertes, a pesar de que el fondo somos débiles y susceptibles”, manifestó la multipremiada artista.

A pesar de su poca estatura y cuerpo delgado, Miriam trasmite fuerza y temperamento, habla como si estuviese en un monólogo, entona su voz y sus inquietos ojos me dicen lo que la palabra no puede: “Las mujeres siempre tenemos que pensar que no solo la casa y la familia nos va a dar una historia. No se puede pasar gris por la vida, la mujer tiene que pasar de azul, violeta y dejar una historia…”

Ese día, confieso, me sentí diferente. Pensé mucho en qué color me gustaría dibujar la novela de mi vida.

La campeona Panamericana de Canotaje, en el año 1991, Mirlenis Aguilera Hernández fue otra de mis entrevistadas. Actualmente se desempeña como profesora de la disciplina en la ciudad de los ríos y los puentes.

Su experiencia resulta similar a la de otras atletas que practican deportes como el judo, el lanzamiento de la bala y atletismo, entre otros.

“Durante el tiempo que integré la preselección nacional me sentí muy bien como atleta, pero a nivel social me sentí víctima de los estereotipos y prejuicios. Cada vez que salía a la calle tenía que usar pullover para que me tapara los músculos, de lo contrario, todas las personas me miraban en la guagua como si fuese un artefacto extraño y eso me hacía sentir fuera de lugar. Yo pienso que tanto la mujer como el hombre pueden practicar cualquier tipo de deporte, hacer pesas, estar fuerte, sentirse bien y disfrutar de su cuerpo”, explicó la también campeona nacional.

Durante la conversación con Mirlenis Aguilera recordé mucho mi niñez. Desde los seis años me apunté en Karate Do y lo practiqué hasta alcanzar la cinta negra. Siempre fui comparada con mi prima, quien era, a los ojos de todos, la más fina, la más alta y femenina. Pero, ¿qué es la feminidad?, ¿quién decide qué algo o alguien sea femenino o masculino?

La matancera Marlem Borrero antes de ser la coordinadora del proyecto Corcel de Esperanza fue bailarina, y siempre ha sido una mujer muy perseverante.

“Lo que pasa es que somos muy entregadas y, a veces, nos entregamos tanto por los otros, por los padres, los hijos, la familia y los nietos que nos vamos olvidando un poquito hasta de nosotras mismas y creo que, de esa manera, nos hacemos daño”, advirtió Borrero, quien además se considera una gran feminista.

Durante nuestro encuentro también conversamos sobre el hecho de que, muchas veces, son las mujeres las que se apropian del discurso machista y discriminatorio.

Por otro lado Marlem refirió: “Soy feminista porque abogo por la equidad de género. No tengo nada en contra de los hombres y lo explico porque resulta frecuente utilizar el término de manera incorrecta. No me gusta mirar y ver cuántas mujeres aún son sumisas, a pesar de tantos años de lucha por lograr nuestra emancipación. Creo que las nuevas generaciones de mujeres deben crecer con la convicción de que son sujetos activos de la sociedad, con deberes y derechos, mujeres que han logrado muchas conquistas y que deben luchar por su empoderamiento.”

“Firmes a timón como buen capitán”, como expresa la letra del cantautor Silvio Rodríguez, las cubanas han demostrado su capacidad para enfrentar cualquier reto y desvanecen, a diario, los patrones patriarcales diseñados para subyugar al género femenino.

Miles de historias aún continúan en nuestras ciudades: la suya, la de un familiar, un vecino, la mía propia…todas ellas resultan testigo de que aún la mujer debe luchar por construir un mundo en equidad.











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